15 de mayo de 1936.
Fue arquero de la Universidad de Chile, en los tiempos del Ballet Azul.
Fue el tercer arquero de la selección chilena en el mundial de 1962.
Difícil ser reserva del Mono Sola. Pero Manuel Astorga Carreño, lo hizo, y lo hizo bien. En Temuco (1955) tuvo la oportunidad de jugar. Ese año dos iquiqueños ficharon por clubes de la capital. Uno fue Héctor Miñano por la Universidad Católica, y el otro Astorga por la Chile. Luis Alamos, el conocido «Zorro» Alamos, lo puso como titular frente a Magallanes, y de allí nunca más fue reserva. La revista Estadio dijo de él:
Desde los más remotos tiempos el sueño del hombre fue volar. Pareció que Icaro conseguiría realizarlo cuando huyó del laberinto de Creta con unas alas que pegó a su cuerpo con cera, pero al acercarse demasiado al Sol se derritió la materia y el hijo de Dédalo cayó al mar.
Manuel Astorga, el guardavallas de la «U», parece haber descubierto la culminación del viejo sueño sin los peligros de Icaro. Su agilidad natural, su perfecto estado atlético, la sincronización de sus músculos le permiten desprenderse de la tierra en pos del balón y dar oportunidad al lente para captar el vuelo (A.V.R. Revista Estadio Nº 1021. 20 de Diciembre de 1962).
En la senda de los arqueros que Iquique ha tenido de consagración nacional, tenemos a Manuel Astorga, reserva del «Mono» Sola. Este fue nombrado como arquero entre los mejores del fútbol chileno el año 1964. Arquero del glorioso Iquitados y del inolvidable Ballet Azul. En Iquique fue seleccionado de Voleybol.
Como un homenaje a este jugador, en la calle Bolívar con 18 de Septiembre a fines de los 60, se crea el Deportivo Manuel Astorga, cuyo primer y único presidente fue Romulado Alvarez. Tuvo corta vida, pero en el recuerdo de muchos de los que jugamos ahí, ha tenido una larga existencia.
Las fotos de la revista Estadio.