Lo que más quería el Diego era conocer Iquique. Le llamaba la atención que la ciudad se definiera como Tierra de Campeones. Y arribó al puerto, con otro nombre y otro apellido. Se alojó cerca del Mercado Municipal, escuchó programas deportivos y tan solo como llegó, se fue al estadio de Cavancha. Pero antes dejó una flor en el monolito de la Santa María y se fue gambetando hoyos por la calle Barros Arana.  Vio jugar a Fidel, a Carreño, a Sarabia y empezó entender del porqué de nuestro apodo. El estadio lleno le recordó a la Bombonera. Se le quedó grabado el cantito de la Zunilda y el sonido de los bronces. Se dijo para sus adentros: “aquí me hubiese gustado haber nacido” o algo así. Al igual que todos los de acá, escuchó el partido de los dragones contra el Colo Colo en Santiago y, terminó por convencerse.

Alguien le regaló una camiseta de Iquique. Contra los alemanes en México 86, se la puso debajo de la albiceleste. Valdano le preguntó por qué, y el Diez, sonriendo le dijo “cuando seamos campeones del mundo, lo entenderás”.

 

Iquique, 25 de noviembre de 2020.