1936-2010.

Peso: Liviano.

Imposible no asociar el apellido de los gárate al popular y mítico barrio Matadero. Se cruzan los apellidos y las familias entre Gárate, Godoy y Rivera. Por eso se habla de la dinastía Gárate. Y el pater de la familia fue José Gárate Mercado, más conocido como “Manco-Manco”. Este se crió con el Tani, pero no tuvo el talento de éste. Sin embargo, conoció los triunfos en el extranjero. Peleó en Perú y Centroamérica. Como su padre no quería que fuera boxeador se puso  José Ferrari. Con ese nombre muchos lo conocieron.  Su última pelea fue en 1943. Combatió con Oscar Nemesio Salvatierra, en el desaparecido Garden Ring, ubicado en la Vivar con Sargento Aldea. “Manco-Manco” murió el 26 de febrero de 1960. Fundó el Heriberto Rojas y el Unión Matadero. De todos sus hijos, que son varios, nueve en total, José, Jorge, Mario (vicecampeón en México), Jaime, Doratriz, Gladys y Elena. La familia Gárate, todos en especial, destacaron en el boxeo, fútbol y básquetbol. Jorge -Juan Pescado – y Lucho se han dedicado también al arbitraje. El primero en box y en básquetbol, y el segundo en este último deporte también. Pero, de todos Mario es el hombre que más pergaminos ha tenido.

 

Nació en Iquique el 15 de Octubre de 1936. El año 1958 es campeón de Chile, en peso liviano, al vencer a Hugo Ulloa de Lota. Una vez los iquiqueño estaban eufóricos. Como siempre don Estaban Sacco le envió un telegrama de felicitaciones. “El Tarapacá”, junto con anunciar el triunfo de Gárate, informaba también, en su primera página la muerte del actor Tyrone Power en Madrid. A su llegada a Iquique, el 18 de noviembre de 1958,  no en el Longino, sino en ALA, se le ofreció un champañazo al aire libre. Entre otros estaban Luis Díaz Salinas, Francisco Castro, Juan Portal y otros.

 

Sin embargo, pese a lo anterior, Mario  Gárate no fue considerado para el Sudamericano. Inmediatamente  vino encima el recuerdo de Francisco Bahamondes que en 1941, tampoco fue tomado en cuenta para un evento similar. El enojo y la comparación eran evidente, ya que para muchos Mario Gárate representaba la continuidad con los grandes boxeadores como Bahamondes, Castro y otros. El único iquiqueño considerado fue Mario Loayza, sobrino del Tani. Gustavo Moscoso, conocido como el  «Púgil Eterno»  obtuvo el vice-campeonato, en el peso pluma, pero frente a otro iquiqueño que peleó por la Fach. Se trata de Juan Díaz.

En la ciudad, se vivía casi un eterno olvido por parte de las autoridades. Es así como en diciembre de 1958, se realiza un Cabildo Abierto para plantear los problemas de la ciudad. Pero, volvamos a Mario Gárate.

 

Jumar, pseudónimo de Julio Martínez escribió de Mario Gárate:

 

Con Creces. Mario Garate.

 

Mario Garate no es un desconocido. Hace ya varios años que le vemos en los campeonatos nacionales de boxeo. Sin embargo, se le sigue considerando un valor para el futuro. Sigue siendo una promesa. Entre otras cosas por su juventud. En cada torneo ofrece algo nuevo. Año a año exhibe progresos. No se ha estancado, en una palabra. Va hacia arriba. Y, además, es iquiqueño… Es difícil concebir una delegación pugilística sin un iquiqueño. Por mucho que haya declinado el histórico puerto en otros aspectos, deportivamente hablando constituye siempre una fuente  de riquísimas de brotes y valores. Algo tiene esa tierra, pero lo cierto es que la producción no se detiene. Faltan medios, faltan entrenadores, faltan recursos, pero Iquique no deja de estar presente.

 

Entusiasmó su triunfo el año pasado, cuando noqueó al lotino Ulloa al primer round. Fue en el Caupolicán. Noche de clausura y proclamación de los monarcas. Fue campeón de peso liviano, pero no viajó a Lima. Se prefirió a Ortuzar, por antecedentes, por prestigio, por calidad. Lamentablemente,  el astro penquista pagó tributo a su inactividad y la categoría – como muchas otras –  no fue llenada con brillo. Gárate no se desanimó. Los nortinos no están habituados a claudicar. Crecen luchando contra muchas cosas.  Eso los hace fuerte. Altivos. Empecinados.

 

Lo dice  Pancho Alsina en sus crónicas de viaje.  «Mario Gárate  se ganó la admiración de todos dentro y fuera del ring. Cumplió con creces en todo sentido. Serio, responsable, disciplinado. Debe continuar en ese ritmo y tratar de mantenerse en la división de los 57 kilos, que es la que mejor se acomoda a su estatura y condición física.

 

Gárate no es un pegador solamente, como muchos suponen.  Precisamente despierta esperanzas por su variedad, porque trata de matizar su trabajo en el ring, sin caer en lo unilateral.

 

El boxeo – cuya crisis humana  ha sido comentada en todos los tonos – debe aprovechar al máximo la aparición de estos muchachos,  que toman el duro trajín de los guantes con entusiasmo y dedicación. Sobre ellos debe descargarse una política de orientación y perfeccionamiento.

 

Mario Gárate aparece en estos instantes viviendo el proceso justo. En plena madurez. A la campaña panamericana acaba de agregar una trayectoria convincente en México donde llegó a la final del torneo por el Cinturón de Diamantes. Lo curioso es que en tierra azteca volvieron a descollar los mismos hombres que destacaron en Chicago. Cornejo, Lucas, Gárate. Este último, sólo fue derrotado en el combate decisivo por Daniel Amaya, el fuerte representante mexicano. Una pelea violenta, en la que Gárate se condujo con tenacidad y valentía (Jumar. Revista Estadio Año XIX Nª852. Publicación Semanal. Santiago de Chile. 24 de Septiembre de 1959).

 

Esto escribimos en la prensa local, cuando Mario Gárata se nos fue:

 

www.bernardoguerrero.cl/muerte/mario_garate.html