La historia del teatro local tiene en la figura de Antonio Sabat Orrego una de sus figuras protagónicas. Participó en varias compañías iquiqueñas, pero fue en el teatro Expresión de la Universidad Arturo Prat, donde se consagró. Junto a Iván Vera-Pinto y Juan Carlos Rocha constituyeron un trío que por mucho tiempo definió el quehacer de esa compañía teatral. Don Willie Cegarra, complementaba con su estilo esas prácticas teatrales. Grabó Antonio, un par de singles en los años 60 bajo el seudónimo de Yamil. Uno de esos temas fue «Fuiste mía un verano» de Leonardo Favio. Incursionó en la radio y en la televisión. En RTC fue rostro en las noticias. En los albores de las radios FM en los años 80, en la Mundial, La Tirana entre otras, su timbre de voz, amable y cariñoso lo destacó.

Pero fue el teatro lo que lo colmaba. A esa actividad se consagró por más de 30 años. La escena teatral de los años 80 y 90, estaba marcada por su presencia arrolladora y por su vozarrón especial. No sé la cantidad de obras en que participó, pero hay dos en la que marcó con su impronta. «Del Chumbeque a la Zofri» en la que encarna a don Estanislao, un viejo iquiqueño de la vieja escuela que ve como la ciudad está cambiando sin que él lo pueda evitar. Representó muy bien ese papel; además cantó el vals «Iquique» con una fuerza imposible de permanecer neutro. En el «Monte Calvo», interpreta a un vagabundo, que se la tiene que ver con un militar demente que insiste en la guerra.

Cultivaba un sofisticado sentido del humor, y sobre todo tenía esa capacidad de reírse de si mismo. Antonio Sabat sigue los pasos de Jaime Torres, del Lito Zuñiga, de la Brunilda, del viejo Willie y de tantos otros que en las tablas se transformaban en otros.

La memoria del teatro iquiqueño generosa a veces, egoísta en otras, albergará en su seno a la figura de este personaje que siempre, pese a sus complejos papeles, supo ser Antonio Sabat Orrego.

 

Publicado en La Estrella de Iquique, el 23 de julio de 2017, página 15.