Cuando este era otro país, los normalistas, al igual que otros trabajadores se organizaban no sólo en torno a sus demandas salariales o de salud, sino que también en función de mejorar su calidad de vida. Su trabajo no terminaba cuando sonaba la campana, al atardecer.
Fue así como un 11 de septiembre del año 1918, los profesores normalistas de las siete escuelas primarias que habían en la ciudad, decidieron fundar el C.D. Magisterio. Las escuelas 1,2,3,4,5,6, 11 y la 16, se organizaron para practicar fútbol, básquetbol entre otros deportes. Me cuenta don Ubaldo Cabezas Romero, que la cancha del Dolores, ex Salvo, en el Morro, los chutes vestían de corto y mostraban sus habilidades futbolísticas. Destacaron también en el básquetbol y jugaron en las decenas de canchas que había en ese entonces.
Pero no sólo el deporte los congregaba. El folklore jugó un rol de importancia en sus quehaceres. ¿Quién no recuerda las mañanas criollas en la Casa del Deportista? Han cumplido muchos de sus sueños. Uno de ellos tener su sede en el pasaje Juan Portal de la población Magisterio, en la calle Orella, arriba.
Todo lo anterior para enfatizar el espíritu colectivo de los normalistas, que pensaban que su trabajo no se agotaba en el aula, la ciudad era una gran sala de clase. El profesor primario tan bien representado en la canción de Quelentaro, transpiraba vocación y poseía un espíritu colectivo que hoy parece haberse extraviado. Son muchos los “chutes” que engrandecieron a la tierra de campeones y poco el espacio para nombrarlos aquí. Son muchos los que construyeron identidad a través de sus investigaciones en el folklore. ¿Cómo no olvidar la ramada del Magisterio en fiestas patrias?
Los normalistas fueron el producto de un país que ya no existe. Un país que perdió el respeto a los maestros. Chile está en deuda con esos maestros. Los que asistimos a clase con tiza y piso de madera, con lápiz y goma amarrados, no nos cansamos de agradecerle el habernos formados, no solo al encadenar palabras, sino que a pensar en un mejor país.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 16 de septiembre de 2018, página 15.