Norte Grande

Se le atribuye al poeta Andrés Sabella la invención de la expresión Norte Grande. Su novela del mismo nombre editada en el año 1944, recrea este paisaje que se integra a la nación, como consecuencia de la Guerra del Pacífico. A los santiaguinos les costaba inventar un gentilicio para uniformarnos. Nos decían norteños. Al final nos dicen nortinos. Norte Grande, se imponía ya en la expresión de Sabella por si sola. No hay un sur grande, pero si un norte como el nuestro. Santiago siempre ha tenido problemas para asumir este parte del territorio. Lo asume si, como fuentes de riquezas, pero no mucho como diversidad cultural.

El centro además redujo a este territorio a un solo paisaje: el desierto. Y era evidente, sobre ese paisaje se produjo, gracias al salitre, el tránsito de un país campesino a uno industrial y moderno. El Norte Grande con sus puertos salitreros conectó a Chile con el mundo entero. Pero además como región poseemos una riqueza y diversidad de paisaje, en la que la pampa, es uno de ellos. Desde el altiplano a la costa, pasando por valles y quebradas, el viajero encuentra la vida bajo formas distintas. El Norte Grande es un todo cuyas partes contribuyen, de un modo articulado, a crear y recrear la vida. Los intercambios entre los pastores y agricultores andinos con los pescadores de la costa, evidencian lo anterior. La arqueología lo ha demostrado. La célebre expresión de John Murra, “el control de un máximo de pisos ecológicos” lo resume muy bien; mejor aun la canción de Osvaldo Torres, Chango Pastor. La fiesta de La Tirana es la pan-andinidad, mestizo popular en la que es posible advertir quienes somos.

Pero no sólo se trató de inventarnos un nombre. Había que extender las fronteras culturales de la nación. La chilenización con su violencia material y simbólica aun no termina. Y es evidente, de vez en cuando, se nos sale a través del baile, la cocina y del habla, esas coordenadas del sur peruano. Hoy miramos a Santiago, pero el espejo retrovisor nos devuelve, a veces, esa otra imagen. Mayo es el mes más chileno de Iquique, los otros, los restantes los conjugamos entre esos paisaje culturales que nos definen como nortinos.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 3 de mayo de 2015, página 15.