Conocer otras ciudades es volver a reconocer la nuestra. Se que comparar es odioso. Pero el ejercicio es válido en la medida que otra ciudad es posible. Con las otras ciudades, sobre todo de Latinoamérica compartimos una tradición que vienen de la América Indígena, pasa por las guerras de la independencia y en el siglo XX son sometidas a cambios profundos producto de la globalización, del neoliberalismo y de las migraciones. Un city tour, por nuestras ciudades es un buen ejercicio para entender lo anterior. Nombres de líderes indígenas, generales, obispos, ocupan el repertorio de los personajes, que ayudar a construir el espacio urbano.
Angel Rama nos habló de la ciudad letrada, David Viñas de la ciudad liberal y muchos ahora, hablan de la ciudad shopping. La nuestra parece escapar a esas denominaciones, aunque hay lugares que perfectamente son identificables con esas categorías.
Las otras ciudades nos muestran que es posible tener una ciudad «como Dios manda», es decir, planificada, ordenada, limpia y cuyo centro sea el peatón. La ciudad es el lugar donde los desconocidos conviven, afirma el sociólogo Bauman. Y por lo mismo, se precisan de espacios en la que tengan la posibilidad de, al menos, saludarse. De allí la importancia de plazas, parques y otros lugares. Está claro que el mall, no cumple esa función. Una ciudad sin esos espacios, no es democrática.
Hay ciudades que han refuncionalizado sus espacios. La cárcel de Punta Carretas en Montevideo es hoy un shopping. La ex penitenciaria de Valparaíso, hoy es un centro cultural. La ex estación de trenes de la calle Sotomayor, espera ser reutilizada como espacio ciudadano.
Otras ciudades no enseñan que es posible el sueño de armonizar, en una sola ciudad, varias de ellas. Pero para ello se precisa de voluntad, de un plano regulador y sobre todo, de creer que sin una urbe amable, la calidad de vida no se obtiene. Ya no es posible volver al Iquique de los años 50, pero su atmósfera nos podría ayudar a delinear, un mejor vivir, un mejor dormir, un mejor descansar. Un Iquique de la siesta y de la fiesta, con espacios comunes para encontrarnos con el prójimo. No olvidemos el extranjero es un amigo que no conocemos.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 29 de noviembre de 2015, página 23