Con el sugestivo título de Poesía Desprotegida, compilación de poesías de periódicos antofagastinos, de 1900 a 1920, Ricardo Alejandro Pérez M, (16 de junio de 1955), antofagastino, exalumno de la Universidad del Norte de Antofagasta, hijo de Nicolás y de Mercedes, escritor por voluntad propia y habitante por muchos años de Suecia, no precisamente por decisión propia, nos socializa la rica cultura proletaria de principios de siglo del Norte Grande de Chile.

Este territorio, al comenzar el siglo IXI se caracterizó por la existencia de un gran movimiento obrero portando una ideología de fuerte contenido iluminista y anticlerical. La literatura de la época da cuenta de acaloradas discusiones sobre el tema, en forma especial las obras del iquiqueño Luis González Zenteno (1909 – 1961) en sus novelas Caliche (1954) y Los Pampinos (1956). La prensa por su parte, refleja en sus páginas diversas posiciones sobre el particular. Periódicos como El Tarapacá, El Bonete y El Despertar de los Trabajadores entre otros, debaten temas religiosos desde posiciones francamente anticlericales.

Conquistadas para Chile las ricas provincias de Tarapacá y Antofagasta como producto de la Guerra del Pacífico (1879 – 1883), se inicia la expansión capitalista a esta zona, motivada principalmente por las enormes riquezas salitreras que decaerán hacia el año 20 y concluirán con la gran depresión de los años 30. Fuertes contingentes de hombres son “enganchados” del sur del país a vivir al desierto de estas zonas. El proletariado nortino pronto empezará a dar muestras de su gran organización y combatividad producto de las precarias condiciones de vida. Matanzas como la de la Escuela Santa María, el 7 de diciembre de 1907, constituye un hito importante y dramático para entender la reacción de la clase política dominante. Los ejes de la lucha obrera tienen como punto de confluencia el imperialismo por un lado, y por otro, el clericalismo aliado del primero. Lo anterior tiene como común denominador el ideario socialista o anarquista de fuertes contenidos iluministas, como contraparte.

El discurso iluminista está marcado por la idea del progreso que señala el fin de la oscuridad por el triunfo de la luz. La figura metafórica del título del principal periódico obrero El Despertar de los Trabajadores, señala el anhelo de superar el suño del atraso y de la ignorancia. Este periódico con sus manifiestos habría de ayudar a tal tarea. Por otro lado se concibe a la organización mancomunal como el lugar ideal para preparar al obrero en la conquista de la libertad y de la felicidad.

La literatura de la época, está también fuertemente cargada de una mentalidad ilustrada y puritana. La novela Tarapacá de Osvaldo López y Nicanor Polo, escrita bajo el seudónimo de Juanito Zola constituye un buen ejemplo de lo que insinuamos. El personaje central y emblemático Juan Pérez constituye un modelo de virtud y de ilustración que quiere construir la República del Trabajo desde Zapiga hasta Lagunas (Zola 1903: 24). Temas como la redención de los trabajadores y un fuerte anticlericalismo constituyen motivos principales de esta novela prohibida en su tiempo y desconocida hasta hoy.

Estas coordenadas de anticlericalismo e iluminismo son ampliamente evidenciadas en la poesías recopiladas por Pérez. Así en el poema Yo soi socialista se dice: “La cruz emblema del mísero esclavo/ el pueblo ya bravo la debe enterrar/ al grito rebelde del plebe que embiste!” (Laborda). Ya definitivamente anticlerical Goyo Díaz Plantea: “El cura no sabe arar/ Ni sabe enyugar un buei/ Pero por su propia lei/ El cosecha sin sembrar”. Pedro Gori es más enfático: “Que los bienes ajenos no sean codiciados/ Nos enseña la Iglesia, nos dice el Sacerdote/ Más la iglesia y el clero, van más adelantados/ Los bienes codiciados, acaparando dotes!”. Santos Vega en su poema “Exigencias Radicales” se pronuncia no sólo contra el clero, sino que también contra la masonería y su  expresión política: el partido radical. Emerge además un sentimiento anti-peruano reñido con el ideal del internacionalismo proletario. “Que no entrara don Enrique Zañartu en el Ministerio/ – eso fue el punto más serio -/ y que se le adjudique/ la prefectura de Iquique/ para un masón o un peruano;/ luego exigen, y no en vano/ para inicial la merienda/ el Ministerio de Hacienda/ y un loro… para la mano”.

El socialismo constituye la utopía a alcanzar, el nuevo mito iluminista, que logrará vencer al capitalismo.  Elocuentes son estos versos del poema A la lucha: “¡A la campaña obreros, con nervios de gigantes/ a destrozar por siempre el régimen reinante!/ La vida del esclavo no vale!.. ¡A la pelea!/ a conquistar el triunfo, el triunfo de la idea;/ vemos por sobretodo/ y todos destrocemos/ sabiendo que está malo todo lo que encontremos/ y en esta lucha a muerte contra el capitalismo/ después del cruel combate, sonrientes levantemos/ sobre la cumbre el rojo pendón del ¡SOCIALISMO”.

Pero existe también en estas poesías un fuerte elemento de pensamiento iluminista, que lo hace coincidir con las clases dominantes en su desprecio por la manifestaciones populares. Así en el poema “Mascarada” se plantea: “La máscara no es breve, desfila a diario:/ es la loca farándula de los tiranos/ danzando en los osarios de sus hermanos”. El anticlericalismo aquí advertido, no signiica negar la existencia de Dios. La relación clero-Dios no es una relación de sinonimia. Muchas veces se reconoce la existencia de Dios, pero se cuestiona la del clero. De otro modo no se podría explicar el movimiento de peregrinos de La Tirana que cada 16 de julio visita a la Virgen, y que estuvo compuesto preferentemente por el proletariado de las salitreras. “Versos” un poema del año 1908 dice: “Por amor cantan las aves/ Por amor las hizo Dios/ Por amor vine yo al mundo/ Por amor te quiero yo”.

El tema de amor, con sus correspondientes vetas machistas, no están ausentes en estos poemas. Así en ¿Qué es la mujer?: “Anjel a quien, debemos el nacer/Diablo que nos persigue hasta el morir…/ Esto es ni más ni menos; la mujer”.

 

El día 11 de marzo de 1913 llega a Iquique la conferencista española Belén de Sárraga, militante de la masonería y anticlerical. El gran líder obrero Luis Emilio Recabarren en encendidos versos le escribió:

“Enhiesta surge tu frente fecunda, grande mujer, valiente y admirable, realiza tu labor considerable que la ignorancia desgraciada abunda!  Luis Emilio Recabarren

Como se puede apreciar, la tónica poética de Luis Emilio Recabarren, engarza perfectamente con el espíritu de la clase obrera de la época: la lucha contra el injusticia, la ignorancia, aliada del clero, y la utopía socialista como meta a alcanzar.

El rescate y publicación de estos poemas, expresión de la clase obrera del norte grande de Chile, constituye para la Universidad Arturo Prat de Iquique un deber ineludible. Es por ello que nos hemos comprometido con esta edición, conscientes de que el futuro de la región, tiene mucho que ver con el pasado, más aun si en estas tierras, la minería está estructurando un proletariado, distinto al del ciclo salitrero, pero hermanados en su afán por una vida mejor.

 

Dr. Bernardo Guerrero Jiménez

Director de Extensión Académica y Cultural

Universidad Arturo Prat

 

 

Presentación del libro de Ricardo Péréz. Poesía Desprotegida. Compilación de poesías de periódicos antofagastinos de 1900 a 1920.

Universidad Arturo Prat.

Iquique, 1996, 148 páginas.