Maradona tiene al planeta futbolístico en vilo. Su corazón viejo de tanto trajín le ha pasado la factura. Los argentinos, han acudido cual romeros, a la clínica a elevar sus cantos y rogar por la salud del mejor de todos.
Los chilenos no entendemos el fenómenos Maradona. Y es que para comprender ese fervor, hay que entender el fútbol en su dimensión más amplia. Así como se dice que para entender a un gásfier hay que ser gásfiter, podemos decir que para entender el fútbol del Río de la Plata hay que ser de allá. No sólo nos separa una cordillera, nos separa una historia. Y esa es más grande que la misma cordillera.
Digo Río de la Plata porque incluyo a argentinos y a uruguayos. Ambos países son dueños de una historia que nos permite entender porque esos dos países son futbolizados. Y de nuevo la historia. El primer campeonato del mundo se realiza en el Uruguay, y es el país anfitrión el que alza la Copa del Mundo. Años atrás se habían coronado campeones olímpicos en Amsterdam. Del maracanazo el 16 de julio de 1950 para que hablar. Por su parte los argentinos, tienen una historia similar. Dos campeonatos del mundo, el 78 y el 86. A nivel de clubes Peñarol, Nacional, Racing, Estudiantes de la Plata, Independiente y ahora último Boca Juniors nos permite hablar de países con historia de triunfos épicos como el maracanazo, trabajosos como los de Estudiantes de la Plata, aguerridos como los de Peñarol, fríos como los de Boca.
A ello hay que sumarle una prensa deportiva cualitativamente superior a la nuestra. Vean el Fox o el Espn. Pedro Carcuro al lado de Marcelo Araujo es un aprendiz. Mauricio Israel comparado con Niembro… mejor guardo silencio. De los cuatros mejores jugadores de todos los tiempos dos son argentinos, uno brasileño y el otro holandés. La producción de libros sobre este deporte más allá de los aspectos técnicos no tiene ninguna comparación con la nuestra. Historias, ensayos, cuentos sobre el deporte más hermoso del mundo, se editan por docenas. En Chile, a lo menos se publican dos libros al año. Todo lo anterior sirve para entender porque países como los del Río de la Plata viven el fútbol. Es que han sido campeones y del mundo.
Si a ellos le agregamos la figura de Maradona, artífice del segundo campeonato del mundo conseguido por la Argentina, autor del mejor gol, la futbolización se hace entonces más evidente. Diego Armando es Dios de esta nueva religión. Pero su gracia es que un Dios que cae y luego se levanta. El moralismo burgués condena al mejor del mundo por su conducta, quieren a un santo que no cuestione al poder. Condenarlo por su adición a la drogas es como condenar a quien tiene un cáncer. “Que Dios cuide a Dios” dijo en un programa de televisión que no es chileno, Roberto Perfumo a propósito de la salud de D10S.
Publicado el 25 de abril de 2004. La Estrella de Iquique