El racismo encuentra en la práctica de los deportes otra forma de expresión. En la historia de esta actividad, encontramos muchos casos de discriminación por el color de la piel. Cada país, lo ha manejado según su historia. En América latina, Uruguay, en el fútbol ha sido precursor en la integración de población afrodescendiente en sus clubes. No así Argentina y Brasil. A comienzos del siglo XX, Chile se queja contra los uruguayos, porque según los nuestros, los orientales habían puesto en competición a un africano. La base del racismo es la ignorancia.
Con las nuevas migraciones a nuestro país debemos estar atentos y prestos a frenar la xenofobia. Los migrantes cubanos y venezolanos han encontrado tanto el béisbol como en el básquetbol espacios de solidaridad que sirve para tender lazos entre ellos y los locales. Un venezolano Luis Dale, posteó sobre la capacidad que tiene, en este caso el básquetbol para generar encuentros entre gente que no se conoce. El sabe, jugó por La Cruz a los pocos meses de haber llegado a Chile y se le recuerda con mucho cariño.
A Lorenzo Pardo todos le decíamos el Negro Lolo, pero en esa expresión había admiración, cariño y respeto. Pero dar otro tono a esa palabra y vincularla con la homofobia, es un cóctel más que peligroso. Hay palabras que cambian de significado por el simple artificio de la entonación.
Pero hay que estar atentos y reaccionar en forma rápida a cualquier manifestación de racismo, por muy ingenua o picaresca que puede ser.
El baloncesto iquiqueño dará que hablar en los años que vienen, porque ha sabido nutrirse de esta migración de afrodescendientes. Los de La Cruz y otros clubes, lo saben muy bien.
Felizmente en las escuelas públicas, los niños y niñas, en su inocencia, comparten con el recién llegado, juegan en el recreo y comparten saberes y sabores. Lo mismo en los barrios populares. Le falta a la elite pretendidamente blanca y occidental, pero mestiza en el fondo, compartir y enriquecerse en la diversidad. La historia de Tarapacá, es el mejor ejemplo de lo anterior.
Publicado en La Estrella de Iquique, el 23 de septiembre de 2018, página 15