El consejero Julio Cámara nos ha informado que el Consejo Regional (CORE), encabezado por la señora intendenta, ha decidido rebajar al 1,5% el fondo destinado a las actividades culturales. En otras palabras, la región, la gente y sus creadores pierden un 0,5% de los recursos que el Estado destina a la gestión, creación y difusión de la cultura.
 
Mala noticia, más aún que muchos esperamos que ese 2% aumente con el tiempo. Mala noticia, ya que significa que el mayor órgano que piensa la región y aprueba proyectos para el desarrollo de la misma, no logra entender el rol que le cabe a esta actividad en el mejoramiento de la calidad de vida.
 
Este 0,5% no es una cifra marginal. Con ese dinero se puede seguir apoyando actividades como las muchas que ya se han efectuado. Un balance de este fondo es más positivo que negativo. La ciudad muestra en sus diversas facetas artísticas un rostro más amplio y se asoman con mucha calidad jóvenes creadores que van dinamizando y refrescando la escena local. El aporte de la empresa privada, bien lo sabemos, se orienta a los grandes espectáculos, pero no tiene una política como el llamado 2% que apoya líneas como el patrimonio, la identidad entre otros aspectos.  Y lo hace además por la vía de los concursos públicos de proyectos.
 
Bien vale la pena recordar como se logró en los gobiernos de la Concertación este fondo. Se trabajó en una política cultural que le daba coherencia a los proyectos. Las  energías allí vertidas deben no sólo mantenerse, sino que aumentar ese 2% que es bueno, pero insuficiente. La comunidad cultural de la región, que se ha visto en forma directa o indirecta beneficiada con estos fondos, debe levantar su voz. Son recursos del Estado, es decir, de todos los chilenos los que sirven para dinamizar nuestras actividades.
 
Espero que haya una retractación de esa medida. Una región desarrollada es también la que invierte más en cultura. Los países europeos lo saben y lo promueven.  Que ese 0,5% se vaya a dirigir a temas como la lucha contra las drogas, no es más que cumplir con  el viejo refrán de “desvestir a un santo, para arropar a otro”. El tema de la droga, y muchos estudios así lo demuestran, se gana en la prevención, además claro está de sacar del discurso palabras como guerra y combate. La droga es un problema social. La cultura y todos sus mecanismos, ayudan en la prevención ya que le da a los sujetos un sentido de la vida, a través de la experiencia estética. Aumentar el 2% de la cultura es un desafío de la región. Y esa tarea nos compete a todos.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 22 de enero de 2011, página 17.