Desde hace tres años que celebramos el Día del Patrimonio en la plaza Arica. Y no lo hacemos el último domingo del mes de mayo, sino el sábado. ¿Por qué? Por la sencilla razón que ese día, gracias a la feria que allí se instala, la concurrencia de gente es mayor.  Al igual que en otros años contamos con la presencia de la  Banda Instrumental de la Guarnición de Ejército Iquique. Bajo el nombre de retreta se conoce en Chile, a la presencia y circulación de las bandas del ejército, por la plazas del país. A consecuencia de la guerra del Pacífico, se desplazaban inyectando ánimos patriotas. El kiosco de la plaza Arica, el único en Iquique, es el lugar apropiado para su actuación. Una veintena de músicos, con instrumentos de vientos y percusión se pasea por la música popular. La gente hace un aro en sus compras,   escucha y se mueve. Se pasa de piezas clásicas a la música popular y además se baila. Un militar canta “Échame a mi la culpa” y no falta el parroquiano que se le llenan los ojos de lágrimas. En la cancha las niñas de La Cruz juegan un partido de básquetbol. Este Día del Patrimonio, fue dedicado a los juegos. En la sede amarilla y negra, los profesionales del Tarapacá en el mundo, motivan a  que los vecinos voten por los tesoros intangibles de la región. Se ríen cuando se les pregunta si conocen a un “poto verde”.

La retreta se perdió luego del golpe de Estado, pero poco a poco, empieza a reaparecer. Es una forma de tener más cercanía con los militares cuya música no hace más que embellecer el espacio público. Termina la jornada con un clásico patrimonio gastronómico de la región, un plato único. Ya no hay picante de guata con pata, pero sin pollo con papas mayo.

La plaza Arica con su hermoso Museo Barrial y con estas actividades demuestra que los barrios necesitan de gestión patrimonial para que sus habitantes se sientan orgullosos de vivir ahí. En esos estamos, en eso andamos.

Publicado en La Estrella de Iquique, el 4 de junio de 2017, página 15